miércoles, 18 de junio de 2008

PASEO DEL ARENAL (y IV)

Haciendo historia, el Arenal fue, en sus primeros tiempos, una zona de arenas y entrante de agua hasta el Portal de Zamudio. Era, para la vieja puebla, como una playa interior, varadero de embarcaciones y asiento de astilleros.
En 1.483, el Concejo inició el ensanche de la Villa. Y lo hizo por la vega que miraba al Arenal y al arrabal de San Nicolás. Y se fueron formando, fuera de las murallas, los barrios de Ascao y San Nicolás, que comprendían las calles de La Cruz, Ascao, Iturribide y la Estufa (hoy Viuda de Epalza).

En el siglo XVII el ensanche se afianza y se prolongan las calles de Santiago (hoy Correo) y Bidebarrieta.

En 1.626 se remodeló la Estufa, secadero de aparejos y cuerdas de los buques y lugar de fundición y fragua de anclas y cadenas con destino a las armadas reales y a los particulares.

En 1.754 se cierra el Arenal con una pared baja, instalándose dobles bancos en su Alameda y Prado. En 1.762 se eleva el terreno del Arenal, rellenándolo con arena hasta el nivel del próximo y cercano Convento de San Agustín (donde hoy se encuentra el Ayuntamiento de la Villa).

En el siglo XIX, como ya hemos citado, se organizó interiormente el Arenal con jardines, fuentes y estanques surtidores, y en el siglo XX, las necesidades urbanas han ido modificando el trazado del Arenal en favor de la circulación de vehículos y, últimamente, las obras del Metro, ya terminadas, ha exigido una nueva y última remodelación.

Ya en el siglo XXI, en Marzo de 2.003, empezaron las obras del nuevo parking subterráneo, que cuadruplicará la actual capacidad del aparcamiento de superficie junto a la ría, con 241 plazas para residentes y 635 plazas de rotación distribuidas en 3 plantas. Estas obras obligaron a desmontar las estructuras de Bilbao Iniciativas Turísticas y los tinglados de Bizkaibus en la calle Sendeja. El parking se inauguró en Noviembre de 2.006 y las obras superficiales tardaron unos meses más, inaugurándose el día 19 de Mayo de 2.007.

Estas obras superficiales han permitido la urbanización de un nuevo paseo de 440 metros de longitud, que guarda una similitud visual con el muelle de Ripa, en la otra ribera de la Ría. Se ha rescatado el aspecto original del muro que separa el paseo de los jardines y se han recuperado los tinglados portuarios, que protegen las salidas peatonales del parking. Se han instalado puntos de luz y se han plantado varios tilos, que, dentro de unos cuantos años, darán sombra al nuevo paseo. También se han colocado bancos y se piensan habilitar zonas de juegos infantiles.

Por supuesto que en "Aste Nagusia", las txosnas cambiarán temporalmente el paisaje.

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